jueves, 30 de diciembre de 2010
Publicación de los cuentos
viernes, 17 de diciembre de 2010
CONCURSO CUENTOS DE NAVIDAD
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Corazón de albóndiga. 3º parte.
12:56 Salva mira impaciente el reloj, está deseando que sea su hora de ir a comer…
Últimamente ya no se lleva tupers con comida de casa…
Se ha acostumbrado demasiado a "comer" con Marisa. Eso se dice él.
Y no es que coma con ella, pero, se saludan, se preguntan "qué tal", hablan de sus gustos musicales, literarios, de cine…Hablan del tiempo y de todas esas cosas a priori sin importancia, pero que a Salva le saben a fundamentales. Poco a poco va conociendo aspectos de su camarera que le hacen interesarse aun más por ella.
Y lo mejor es que ella parece estar encantada en su compañía…
Marisa siempre le sonríe con gran dulzura, incluso con alegría cuando le ve entrar por la puerta…
13:10 Marisa no deja de mirar la puerta…Vendrá hoy? Se pregunta…Últimamente viene casi a diario…Ese pensamiento le gusta, le reconforta, y su rostro se relaja y se ilumina…
Lleva a cabo con graciosa desenvoltura las tareas propias de su trabajo, pero aislada de la tensión por el ajetreo, con una única cosa en su mente…la figura de Salva entrando al restaurante…El sonido que hace la puerta al abrirse, que parece diferente, como anunciando su llegada. Su carita buscando ( a Marisa ) una mesa libre…sus ojos en el momento en que la miran al fin…Con la calma de alguien que acaba de llegar a dónde iba…
13:38 Salva cruza casi corriendo la carretera, ha salido más tarde y está loco por verla…
Conforme van pasando los días, las semanas…esa emoción crece…
Ahí está, con su precioso pelo recogido, como siempre algún mechón se escapa y flota junto a su cara con el vaivén de un lado para otro…
Ella no le ha visto aun…qué ganas de que abandone esa mesa y a sus clientes…qué ganas de que se gire y levante la mirada y le vea, y se dibuje en su rostro su sonrisa.
-Buenas tardes- le dice contenta mientras le da la carta con el menú- Qué tal ha ido la mañana?
-Buenos días, muy bien gracias, mucho trabajo hoy la verdad. Parece que se han puesto de acuerdo para enfermar todos a la vez!
-Jajaja, sí, por supuesto…Me temo que así es…Lo hacen a propósito para que vengas tarde a comer…Voy a tener que enfadarme…jummm – Y frunce el ceño en exceso pero en seguida se ríe de sí misma.
-Oh, vaya, no me digas! Jummm – Dice también imitándola- Pues que vayan sabiendo que nada podrá impedirme que venga a comer contigo…- ups…se le escapó…
Marisa se sonroja levemente
-Y que no me entere yo que dejas de venir…A quien iba yo a servirle hoy si no…un fantástico plato de fideuá?
-Oh…cada día te superas…qué sorpresas tan agradables me das, jajaja
-Bueno pues en seguida te traigo …una ensalada? Y la fideuá.
-Qué bien me conoces ya…-Un suspiro brotó del pecho de Salva, saliendo entre sus palabras, atravesando la mesa…y agarrándose al corazón de Marisa…
-Sí, algo te voy conociendo ya…Por ejemplo sé que eres un friki…vaya películas que me recomiendas ehh….ejm….yo no digo nada…Pero la próxima la elijo yo…
-Jajaja, eyy qué le pasa a mis películas, no te han gustado?...Jajaja, bueno mira, pues …-se aferro al cabo que Marisa acababa de lanzarle…- recomiéndame una que creas que puede gustarme, y…te invito, para subsanar los posibles daños cerebrales que te hayan podido provocar mis “frikadas” –rió liberando la tensión y orgulloso de sí mismo por aquel atrevimiento.
-Uy pues una de mucho mucho amor….Jajajaja, que noo que es bromaa jajaja. Hace siglos que no voy al cine, la verdad es que había una que quería ver aunque no sé si será buena…En cualquier caso siempre será mejor ir acompañada que sola…O espera…déjame que piense…
-Ehh, qué estás queriendo insinuar?
-No nada nada… jajaja
-Jajaja, cómo abusas de mi pobre corazón…te metes conmigo a sabiendas de que no puedo enfadarme con mi camarera…
-Claro, porque te quedarías sin comer…
-O porque correría el riesgo de que no vinieras más a mi mesa…Y entonces me caería mal todo lo que comiese…Es más…no podría comer…
-…No me digas esas cosas…que soy capaz de creérmelas …
-Bueno…pero tú no dejes de venir a mi mesa por si acaso…
-Siempre que tú no dejes de entrar por esa puerta…
-Trato hecho…
-¿Están incluidas las palomitas?
-¿Cómo? Ah!...Las palomitas y lo que tú quieras!
-Entonces será un placer comer palomitas contigo y cogerte del brazo si vemos una de miedo.
Marisa no podía creerse que se sintiera tan natural con él, tan a gusto, con tantas ganas siempre de más. De hablar más y más…de alargar el almuerzo, el postre, el café...
Ahora la idea de estar con él más tiempo, en otro lugar, fuera del restaurante parecía tomar forma, fecha y hora, fuera de su imaginación.
El corazón les latía a ambos fuerte, rápido, y en cada latido una descarga de mariposas se escapaba, llenándoles el estómago y encogiéndoles de ilusión y alegría…
Lograría Marisa llevar los platos a Salva sin que le temblaran las manos por la emoción?
Le permitirían los nervios a Salva, comerse siquiera medio plato de aquella fideuá?
martes, 30 de noviembre de 2010
Corazón de albóndiga. 2º parte.
-Buenas tardes, qué va a ser hoy?
-Hola buenas, pues, con este frío no lo dudo, ponme la sopa de picadillo de primero y..ehm..de segundo…
-Oh…no lo pone ahí, pero tenemos albóndigas en salsa. Por si le interesa…
-Oh albóndigas! Sí por favor, qué ricas me encaaanntan las albóndigas! -Salva empezó a bromear...- Es más, las comería a diario, están buenas, son nutritivas, aportan sales minerales…Mis hijos comerán albóndigas!!…
-….jajajaja! – Marisa no pudo evitar soltar una carcajada…la repentina naturalidad de su cliente se la arrancó de dentro.
-Oh, vaya…lo siento..igual me ha podido el entusiasmo…- Dijo medio avergonzado…
-No no, para nada –sonreía y eso cautivaba a Salva- Si yo le contara lo que pienso de las patatas fritas…Estaríamos aquí días…
-Jajaja, pues entonces que sean albóndigas con patatas fritas por favor. Y… por favor tutéame.
-Jajaja, muy bien, marchando…
Marisa pidió como favor personal a la cocinera, que llenara especialmente el 2º plato.
Mientras preparaba la bandeja miró de forma automática y sin darse cuenta hacia la mesa donde su cliente esperaba hambriento y empapado, y sintió como un calor intensísimo le subía desde el cuello por toda su cara, sonrojándola, en el momento en que sus miradas se encontraron…
Sin saber por qué se acaloró y rápidamente se giró y agachó para ocultarse tras la barra…
Pero una curiosidad irrefrenable la impulsó a asomar los ojillos para mirar…para comprobar si…
…Sí, efectivamente…ahí estaba su mirada…esperándola…con cierto rubor en las mejillas.
Y una risilla tonta se escapó ahora de los labios de Salva…Ella le estaba mirando entre los servilleteros y las cartas del menú…No había sido cosa de la casualidad de unos segundos antes…
Marisa terminó de llenar la bandeja con el 1º plato, los cubiertos, la jarra de agua y una copa, y se encaminó a la mesa. De nuevo sus miradas se cruzaron…Y algo les recorrió a los dos, algo que era distinto esta vez a todas las anteriores…Y ambos desviaron la mirada por el rubor…
Marisa respiró hondo, avergonzada de que se le notara algo…Ese algo que ella aun no había tenido tiempo de analizar ni comprender. Rezó en décimas de segundo para que así fuera.
Salva mientras tanto hizo exactamente lo mismo en su propia cabeza…
-Pues aquí tiene”s” la sopa, ten cuidado no vayas a quemarte que está ardiendo…Aunque no te vendrá mal entrar en calor…-Se le quedó mirando a la ropa y al pelo mojados…
-Muchas gracias…por tutearme…Y también por la advertencia – se sacudió un poco el pelo como aireándolo para ayudar a que se secara.
-De nada…buen provecho…- Se atrevió a mirarle de nuevo a los ojos…
Qué bonitos eran…cómo le brillaba el iris entre marrón y color miel…Y nunca antes se había dado cuenta de eso…Cómo era posible?
Decidió en ese momento que le daba igual estar sonrojada… Él la estaba mirando, y se encontró tan bien, tan agusto…que valía la pena la vergüenza, o quizás…ya no la sintiera…y fuera la calidez de sus ojos lo que coloreaba sus mejillas. Sintió una sensación maravillosa en su pecho…
Se dio media vuelta y soltó una gran bocanada de aire, como si se desinflara de regreso al interior de la barra.
Salva quiso tener algo que decirle para cuando le trajera el 2º plato, algo …que a ella le gustara…lo suficientemente apropiado y acertado como para que se quedara unos segundos más allí asomada a su mesa , con él…Riendo como lo había hecho antes...
Pero se llenó de dudas, no quería que pensara que era un payaso, o un pervertido, o un tipo solitario que solo le daba conversación a una camarera a la hora del almuerzo.
Era posible que sólo fuera eso? Un tipo solitario buscando conversación?...
Los rayos de sol que Marisa arrojó sobre él , al mirarle desde el otro lado de la barra, le sacaron de sus pensamientos, y ya no sintió más el frio ni la humedad de su ropa, ni sus estúpidos temores…Sólo sintió hambre, hambre de saber quién era aquella chica, a la que había visto tantas veces, y que de pronto ese día , sin más, había conquistado un sitio en su cabeza.
O ya se había ido ganando ese lugar poco a poco?...Recordó entonces que le gustaba mirar su sonrisa, y la agilidad de sus manos, y cómo algunos de sus mechones se escapaban del recogido de su pelo…
lunes, 29 de noviembre de 2010
Corazón de albóndiga. 1º parte.
Corazón de albóndiga. 1º parte.
Noviembre, llueve sin parar y hace frío. Por fin un poco de cordura en el tiempo.
Marisa mira por la ventana las cortinas de lluvia. EL cielo gris cubierto de nubes blancas la hipnotiza…Todo está tan tranquilo…
De pronto suena el teléfono sacándola de su ensimismamiento. Suelta la carne que tiene en las manos y se limpia con un paño para contestar.
Es su madre para ver qué tal ha ido la mañana. Le cuenta los detalles de su trabajo, de cómo está el tiempo allí, y lo que iba a cocinar.
-Y tú hija? Qué vas a hacer hoy?
-Pues albóndigas.
-Ah mira qué bien, bueno no comas muchas ya sabes…vigila la dieta…
-Ay síi mamáa, tampoco pasa nada por unas inocentes albondiguitas…Además, me estás llamando gorda?
-No no, pero vamos, que tú sabes que flaquita tampoco estás…Bueno, anda, te dejo cocinar tranquila antes de que me cuelgues jajaja. Besos hija, hasta mañana.
-Jajaja, ya me vengaré ya…un beso, hasta mañana.
“Albóndigas”…resuena la palabra en su mente…Algo se mueve en su interior, siente un peso en el pecho...Entonces recuerda algo que había olvidado hacía mucho tiempo.......
Y mientras vuelve a amasar la mezcla de carne entre sus manos, su mente ya se ha transportado a otro lugar, a otra época años atrás…
Aquí comienza la historia de Marisa,
que cuenta como una chica normal
llegó a cambiar su corazón de mujer,
Polígono industrial Monte Norte, un pequeño restaurante en una de las calles principales.
13:15 , el salón está abarrotado de gente, así como la barra. En la cocina no dan a vasto.
Marisa trabaja como camarera. Es rápida, y eficaz, y aunque es muy tímida, lo disimula de maravilla con los clientes. Quizás por eso eligió ese trabajo, para poder relacionarse con otras personas “ a la fuerza”. Marisa reniega de su dolor de pies, del humo del tabaco, del ruido del bullicio, pero cuando llega a casa y no hay nadie, agradece saber que al día siguiente volverá al restaurante.
13:22 Entra por la puerta Salva. Empapado de lluvia pues fuera no para de llover.
Salva trabaja en frente del restaurante en una clínica de diagnóstico. Es enfermero.
También es un chico tímido, pero de gran corazón y energía. Le encanta ayudar a la gente, querer y cuidar de los suyos, hacerles reír con sus payasadas…
Pero Salva siempre come solo. Siempre va y viene solo en su coche.
Se sienta en la única mesa que acaba de quedar libre, cerca de la puerta. Y mientras sacude el agua de su abrigo, espera paciente a que Marisa retire los restos de la comida anterior y le sirva.
Le gusta ver la sonrisa que Marisa tiene para todo el mundo. Le gusta ver la agilidad de sus manos, y cómo se escapan mechones del recogido de su pelo.
A Marisa por su parte, le gusta este cliente. Es muy tranquilo, y educado de voz serena, no fuma por lo que le agrada ir a su mesa, y tiene algo en la cara que la pone de buen humor. Le gustan sus ojos; son sinceros y profundos, como un lago en calma. Diría sin equivocarse que es buena persona.
En cuanto le ve sentarse en la mesa, se apresura a retirar los platos, la limpia y le da el menú....
domingo, 28 de noviembre de 2010
Sigue lloviendo
martes, 23 de noviembre de 2010
Amor...
Amor....
Si supieras cuánto te echo de menos....
Sí, lo he vuelto a hacer...Hoy he vuelto a abrir la cajita y a leer todas tus cartas.
Me he vuelto a poner el anillo, tu anillo, sólo un rato...El necesario para creerme que aun existía lo nuestro.
Y sí, he puesto nuestras canciones, y he bailado con tu sonrisa, con tus pasos lentos.
No he podido mirar las fotos viejas, ni las más recientes...No me siento con fuerzas para enfrentarme a esa mirada de cristal que desde el otro lado me mira fijo y me hace algún reproche, ni a nuestros rostros tan juntos en el papel, tan lejos ahora el uno del otro...
No podría soportar verte sin tenerte delante de mi. Y empezaría a llorar, al ser consciente de que.....ya no existe lo nuestro.
Sabes Amor?
Estoy como hechizada. Camino todo el día con la mente llena de recuerdos en los que sólo apareces tú. Recuerdos de tu voz, de tu silencio, de tus abrazos.
Recuerdos de cada momento, de cada conversación. Lo recuerdo todo a la perfección, te he ido atesorando dentro de mi.
Solía pensar en ti todo el día, me hacía feliz. Me hacía ilusión y me llenaba. Me hacías soñar con un futuro, con un mundo que estaría a nuestros pies, con un alma llena de alegría...
Qué torpe fui verdad Amor?
Debí atesorarte a mi lado, debí ...debí hacer tantas cosas que no hice por miedo....Y por culpa de ese miedo....Yo no me daba cuenta....Ese miedo me sentenció, me traicionó...
Hoy he abierto la cajita de nuevo, porque de nuevo he tenido pesadillas, y he despertado con taquicardias al ver que no estabas, que no podría llamarte..., y con esta pena tan grande...
Intento conformarme, intento pensar en ti siendo feliz...eso siempre me calma...Pensar en tu paz...Es como si me diera paz a mi misma, pese a que ese vínculo mágico nuestro haya muerto entre mis manos.
Pero es que te echo muchísimo de menos. Es que cada vez pesa más y más....Y más....
Y sobretodo ahora que empiezo a entender, que no volveré a verte, que ya no habrá nunca más un tú y yo.
Mis ojos se sobrecargan de tristeza, y la ansiedad me empuja...me obliga a poner nuestras canciones, a releer tus cartas, a abrir la cajita y ponerme tu anillo en mi dedo, donde debió permanecer...
Y dejo la casa sin hacer, dejo todo sin hacer, mi vida cotidiana se reduce a cumplir como puedo con mis obligaciones. Me he convertido en un fantasma que va y viene...encadenado a tus besos...arrastrando constantemente este dolor por haberte perdido para siempre....
Para siempre...es demasiado tiempo...mi corazón no lo entiende, mi mente no lo acepta...
Por eso en cuanto puedo, huyo al silencio y a la soledad de mi cama que me permiten imaginarme aun contigo, y sueño despierta todo aquello que quiero vivir, y lo vivo por dentro...
Y vivo en ti una hora , dos, tres...antes de que todo vuelva a derrumbarse a mi alrededor con el timbre del despertador, con el tortuoso trabajo de tener que respirar y arrastrarme por el mundo un día más, sin sentido...a sabiendas de que no habrá más tú y yo y un final feliz.
jueves, 11 de noviembre de 2010
A través del universo
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Qué lindo es soñar contigo
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Ven
Te espero cielo mio, en esta noche, oscura , fría y concurrida por tu ausencia.
Llevo horas asomada a tu balcón, horas...mirando en el vacío que dejaron tus manos cuando te fuiste...
Nada de tu mirada, nada de tu dulce olor...Nada de ti hay aquí...
Y sin embargo todo a ti me recuerda....
Todo lo tuyo quedó aquí conmigo, hablándome de ti...de los dos....
Te espero, en vano lo sé...Pero aun así yo te espero.
Con las puertas de mi mundo abiertas para ti, para cumplir todos los sueños he tejido con mis manos estrellas del color de tus ojos. Te espero construyendo besos de azúcar con tu nombre impreso, y abrazos....abrazos grandes y pequeños, fuertes y suaves, blanditos....
Y mientras....el tiempo pasa y yo...voy soñando con tu venida, con tu cielo hasta mí.
jueves, 28 de octubre de 2010
Convalecencia
domingo, 17 de octubre de 2010
Justos por pecadores.
Sostenía en una de sus manos un pañuelo y en la otra su teléfono móvil.
Lloraba…Sin poder parar…
Su móvil sonaba pero ella no quería cogerlo…Su sonido le hería el corazón.
Como un mazado de realidad que destroza cuanto encuentra a su paso.
Se sentía tan triste y tan sola…que no podía reprimirse más y finalmente contestó…
-Amor, no temas más, ya verás como con el tiempo curarán tus heridas, yo estaré aquí, esperándote…Estas construyendo un castillo de gruesos muros, verás como con el tiempo, enterrarás todo el daño del pasado, y podrás ser feliz. Y nadie podrá herirte, y yo…te seguiré queriendo, seremos felices ya lo verás…Así que no digas más tonterías….
-No son tonterías príncipe Erik…no puedo amar…Estoy rota. Me han roto. Pero tú no me escuchas tú no me haces caso…Y yo te quiero demasiado para alejarme de ti….Pero te haré daño…Y a mi misma…
Tengo el miedo metido en el alma, y no se puede vivir así, no se puede amar si no se confía.
Mi vida ya no vale nada amor…No seas tonto…Aun estás a tiempo…
Y el llanto la obligó a colgar y apagar el móvil para que no siguiera sonando.
Pero como siempre que él le hablaba, sus palabras retumbaron en su conciencia.
Se sentía culpable, asustada, y estúpida. Y sobre todo se sentía perdida.
Perdida….
Reparó entonces en algo que él le había dicho….Y como quién ve la luz, corrió hacia su torre.
Cerró por dentro la puerta de su torre, y subió hasta su habitación.
Allí tenía todo lo que necesitaba, de hecho llevaba una vida muy cómoda.
Hacía siglos, los que mandaron construir aquel palacio habían pensado en todas las comodidades en caso de enfermedad, epidemia, o guerra.
De modo que mediante un complejo sistema de poleas y pasadizos, todas las habitaciones reales estaban dotadas de una ventanita en la pared y un largo y complejo pasillo que discurría horizontal y verticalmente conectando con la cocina, la biblioteca, la botica, etc…
Martina fue poco a poco tapiando sus propias paredes convirtiéndolas en gruesos muros del ladrillo más fuerte.
Tapió las puertas y en las ventanas colocó rejas que sólo podrían ser abiertas desde dentro.
Al cabo de un mes, su torre y sus habitaciones eran toda una fortificación, impenetrable.
A la que no se podía entrar y de la que no se podía salir.
Entonces encendió de nuevo su móvil y tumbada en la cama, más sola que nunca pero a salvo , decidió leer un libro mientras esperaba su primera llamada.
Y la llamada no se hizo esperar.
-¿Amor? ¿Qué has estado haciendo? No hay manera de encontrarte! Me tienes muy preocupado. Ahora que sé que estás bien, permíteme que vaya a verte, te echo tanto de menos…
-Cielo, escuché tus palabras, cómo siempre hago…Y tenías razón…En eso de construir un castillo de gruesos muros…Para que nadie volviera a hacerme daño nunca más…
Lo he hecho! Ahora estaré a salvo!
-Bien, cuando vaya me lo cuentas todo amor.
-No me has entendido, lo he hecho de verdad…
No podrás entrar aquí dentro, ni tú ni nadie.
Nunca.
Y así fue como la princesa Martina, vivió el resto de sus días defendiendo sus murallas, arreglando los ladrillos que se venían abajo por la mala construcción, o por los ataques que sufría en los intentos de invadir su torre.
Nunca le faltó de nada…Al menos no lo indispensable para sobrevivir…
Y tratando de protegerse a toda costa del dolor, pagó un alto precio ; el no volver a ser feliz jamás.
jueves, 7 de octubre de 2010
En carne cruda
Radiante como siempre.
Así viene a mí tu recuerdo en esta madrugada de colores taciturnos.
Y deslumbras mis cerebro, llenando de sombras los huecos de mi cama, de formas imposibles los pliegues hasta ahora dormidos de las sábanas.
Vienes y reinventas este vacío.
La silueta de los muebles parece salirse de su marco, los libros en su estante parecen desperezar sus páginas dormidas.
Todo abandona su estado inerte, su sangre de madera y yeso se vuelve visceral y caliente, y palpita ante ti.
Llevas aquí conmigo una hora, y la luna está mucho más cerca que hace una hora.
El aire huele a miel, y a lilas tibias del campo bajo el sol, a pan de hogaza recién horneado, a leche y canela…
Huele al viento de tu pelo.
A un mechón de tu melena, dormido en mi almohada.
A jabón de lavanda prendido en tus muñecas.
Como si nada, inocente te acurrucas en mi mejor añoranza, y hablas, me hablas apenas con esa voz de plata tuya que todo lo llena.
Dulce y suavemente envuelves con su velo las curvas en carne cruda de mi pulido corazón. Me tocas, me abrazas, y me aprietas…
Y yo sólo puedo sentirme como una fina capa de hielo bajo tus pies.
Desquebrajándome a tu paso, a cada paso de tu aurora hacia mí.
Con cada oleada de tus ojos, oscuros como el cielo de la primera noche.
A cada caricia de tu piel de avena y flores sobre mi piel devastada.
Devastada tiempo ha por tu ausencia, tan prolongada ya…Que me haces temer y dudar , si acaso tu vientre no fue sólo un sueño, un mundo de irrealidad que me atrapó de rodillas, con la frente baja y las manos abiertas, para ofrecerte todo lo que siempre fue tuyo.
Sonríes.
Sonríes juguetona como una niña, que no es consciente del poder de las curvas que su sonrisa talla en su boca.
Tus labios de nata y manzana asada se curvan tímidamente entre tus pómulos de piel de melocotón, y de ellos sale una sinfonía de cascada, de riachuelo y de campanillas…
De arcoíris en plena llovizna de primavera.
Y se inunda mi habitación de un calor indescriptible.
Y ya todo eres tú.
Y yo estoy aquí en medio, contemplando extasiado tanta belleza, en la cama, contigo…con la luna, con tus palabras de mimbre, con tus dedos de azahar…
Me miras.
Con tu rostro de estrellas y nácar, tú me miras y yo sólo puedo pensar : "Radiante".
martes, 21 de septiembre de 2010
Destiny of Love
Llamaste un día a mi puerta.
Yo aún no sabía lo que serías capaz de hacerme.
Pero vi tus ojos, y ellos me hablaron de ti, de grandes cosas, con palabras que acariciaron mi solitario corazón.
Y abrí la puerta para que tú pudieras entrar, y salir cuando quisieras.
para que encontraras tras su umbral el refugio y el calor que necesitabas.
Y tú entraste.
Yo por mi parte sentí que la casa se llenaba de luz a tu paso, con tu risa resonando por doquier, con tu conversación, tu paz, tu entusiasmo, tus sueños...
Mi compañía llenó de colores tu paleta.
Y tu presencia pintó de dulzura las paredes.
Empecé a ver el cielo de otra forma, cada vez que tú perdías la mirada en su infinito...
También las pequeñas cosas se volvieron diferentes...Importantes...
Coger piedras (de los sitios a los que íbamos juntos por primera vez...) , los viejos libros de poesía ( que volvieron a ser abiertos ), la tibia y tintineante luz de tus velas en la oscuridad, fotografiar las nubes al atardecer...
Y fue así como mis horas se llenaron de momentos.
Tú por tu parte, creciste con tus cabellos tostados al sol, con tus pasos libres y serenos.
Entrelazando tus dedos largos y finos con los míos, torpes y fríos.
Apaciguaste tu sed con caricias de mi alma, y soñaste cosas hermosas perdida en mi mirada.
Y fue así como tus horas se llenaron de besos.
viernes, 10 de septiembre de 2010
La aurora en su mirada.
Empiezan a salir las primeras estrellas, mientras el sol al fondo se oculta, pintando el cielo, las nubes, las fachadas...y los sueños….
Pronto llegaremos a la playa y las podré ver…
Aunque para mí sólo existe una.
La más importante, que irradia ternura por cada poro de su piel.
Por cada línea de su sonrisa…se destila la más contagiosa de las alegrías…y paz…
Esa paz que sólo encuentro a su lado, cuando ella me mira…
A veces me habla de sus cosas, y yo tengo que concentrarme en escucharla…Porque cuando me habla, a veces la escucho con admiración, pero otras…reconozco , que lo hace tan suave, que me hace volar…
Volar con ella, lejos de todos…lejos de la mesa en la que estamos sentados…Lejos del paseo marítimo donde ella suele abrazar mi brazo cuando paseamos…
Mi mente vuela con ella tan tan alto, que incluso dejamos atrás a todas esas estrellas que lucen en el cielo.
Y es que para mí, ella tiene la voz más dulce de todas.
Y sus manos, sus expresiones, y su flequillo…No hay nada en todo su ser que no me guste.
Y así vivo rendido a sus encantos.
Juraría que cuando me mira y calla, y de pronto cierra los ojos sonrojada mirando hacia abajo, y luego me dice “Ay tontoo! Qué mirass?” y me pega un empujoncito en mi hombro con su hombro…Juraría que de alguna manera me está besando con su mirada…y que de alguna forma mágica logra leer mi mente.
Me gusta cuando en el coche para decirme algo me toca la pierna con su mano…Y a veces la deja ahí, como olvidada…( Como ahora )
Y siento su calor…Eso me encanta, me hace el conductor más feliz del mundo.
Ya estamos en la playa, hemos quedado con más amigos, y como cada semana lo pasaremos genial.
Pero yo sólo puedo mirarla a ella.
Dicen que entre los dos hay un feeling especial, mucho cariño y que se nos ve muy compenetrados.
Feeling es cuando la miro y ya no puedo mirar nada más.
Compenetración es cuando la abrazo y siento que todo está bien, y sé que ella siente que está en casa.
Amor es cuando siento su calor y no necesito nada más…
…Sí, podría decirse que es cierto, que entre los dos hay todo eso.
Nunca pensé que alguien desde fuera me leyera tan bien, y la realidad es que cualquiera que nos vea…ve lo que hay entre nosotros.
Creo que por toda la playa ahora mismo se pueden oír nuestros latidos…
Pero yo no me conformo con eso, no…
Y ella con su magia me lee…y me coge de la mano y me lleva a un aparte…a la orilla, casi hasta dentro del agua…
La noche está en su punto, el cielo azul marino resplandece sobre nosotros, miles de estrellas la están mirando y junto con el crepúsculo del horizonte hacen que su pelo brille como una aurora…
Me mira, con esa mirada suya…mientras me sujeta por la cintura con sus brazos, pegándome a su cuerpo.
Está tan cerca de mí como las olas de nuestros pies.
No…está más cerca. Está completamente dentro de mí.
Y en el momento justo en el que el agua nos salpica, ella me besa…empapando mi alma con su ternura.
No es consciente, ella no es consciente de que cuando me da esos besos, tan suaves y profundos, deja a mi pobre corazón desnudo, mojado, vulnerable…totalmente entregado a ella, a sus labios, al dulce elixir de sus palabras, de su saliva, y de su voluntad…
Ella lo es todo, en este agujero negro que es el mundo, ella es un sol. Mi sol particular.
Y yo no quiero otra cosa que vivir así con ella.
No me importa temblar de emoción si lo hacemos juntos.
No me importa ser vulnerable, mientras sea entre sus brazos.
Desde el chiringuito nos hacen señas… La noche sólo acaba de empezar.
La brisa marina nos azota con su brea, despeinando su melena e hinchando su vestido, mientras caminamos de vuelta.
La noche cae negra plagada de luces y la marea crece…Al igual que crece este amor…
martes, 31 de agosto de 2010
Je suis amoureux de la dame en bleu
Mirando al mar te conocí.
Éramos dos soñadores enamorados del cielo y de los colores que el sol pintaba en las nubes y en las crestas suaves de las mareas crespusculares de aquél verano en Trouville.
Y así, mirando al mar…nos vimos, nos encontramos.
Y en tus ojos buceé en aguas más profundas que las del mismo océano…
Qué maravilloso mareo.
Qué par de bobos sonriendo sonrojados, absortos del resto de veraneantes que transitaban el paseo marítimo.
Qué par de bobos cuando se nos aceleraba el corazón con un simple roce “casual” de nuestros dedos, de nuestros hombros…
No tardaste en invitarme a un helado de chocolate ,mi favorito, el cual me sabía a tus labios, y a tu cuello…
Beber de ti no podía ser más dulce.
Casi sin darnos cuenta, nuestros pies nos llevaron a tu habitación del hotel.
Un pequeño cuarto con una ventana y una cama, o al menos eso es lo único que puedo recordar del mobiliario…
Con dos copitas de más de granizado de limón, y borrachos como cubas de deseo, nos abrazamos como locos por fin, a oscuras, sin extraños, sin ocasos, sin olas…sólo las de nuestros besos…
Nos tiramos a la cama pretendiendo aparentar una cierta calma, pero a quién queríamos engañar? Nuestros cuerpos no querían estar sentados, ni vestidos, ni separados en dos…
Y así poco a poco la corriente de abrazos nos fue arrastrando.
Soltaste el coletero de mi pelo, dejando libre mi melena, que con el calor no tardó en adherirse a mi piel, y a la tuya…
Te despojé de tu camiseta playera, mientras no paraba de besar tu cara, tu boca, tu cuello, tu pecho…
Llevados por la pasión bajaste mi palabra de honor y besaste mi piel bronceada, acariciaste mi pelo, y me apretaste contra ti hasta ser uno.
Sentada sobre ti me aferré a tu espalda como un naufrago en plena tormenta.
En aquella villa francesa junto al mar, la brisa era fresca y dulce y así entraba por la ventana, acariciándonos, aliviando nuestro calor, envolviéndonos con su magnetismo y su magia.
Nos habíamos transportado a otro mundo, y flotábamos en mitad de la noche, con las estrellas y el crujir de las olas como cómplices.
Ahh, aquella ventanita sobre la cama, que hizo al cielo testigo de nuestro amor…
¿Pensabas realmente que no sacaría el cuerpo para asomarme a mirar la luna reflejada en el mar?
Fue entonces cuando empezó a sonar…
¿Recuerdas?
Alguien en la playa cantaba y tocaba…Y nos llegaba su voz mezclada con el salitre de la orilla.
Estabas loco por pedírmelo, y te levantaste de la cama levantándome a mí también en un solo movimiento.
-Te parecerá ridículo…Pero me muero por bailar contigo…
-Temía que no me lo pidieras…
Y bailamos…En círculos, muy lentamente, sin separarnos…
Entonces me susurraste muy bajito al oído...
-“Je suis amoureux….”
-Vaya…y mi vestido…o…lo que queda de él, es azul…
-Terrible casualidad, entonces…
-Sí…terrible…
-Terr…
Todo giraba al rededor nuestro.
Nuestros labios se fundieron en un beso húmedo, sensual, que nos inundó por completo…Haciéndonos atracar el uno en el corazón del otro … para siempre.
Y fue así como un año después en esa misma habitación me pediste que me casara contigo.
Y bailando esa misma canción te dije que esperaba a nuestro primer hijo.
Y pasamos nuestras bodas de plata mirando al mar.
Y a día de hoy…sigo perdida en la maravillosa profundidad de tu mirada.