martes, 30 de noviembre de 2010

Corazón de albóndiga. 2º parte.



..........


-Buenas tardes, qué va a ser hoy?

-Hola buenas, pues, con este frío no lo dudo, ponme la sopa de picadillo de primero y..ehm..de segundo…

-Oh…no lo pone ahí, pero tenemos albóndigas en salsa. Por si le interesa…

-Oh albóndigas! Sí por favor, qué ricas me encaaanntan las albóndigas! -Salva empezó a bromear...- Es más, las comería a diario, están buenas, son nutritivas, aportan sales minerales…Mis hijos comerán albóndigas!!…

-….jajajaja! – Marisa no pudo evitar soltar una carcajada…la repentina naturalidad de su cliente se la arrancó de dentro.

-Oh, vaya…lo siento..igual me ha podido el entusiasmo…- Dijo medio avergonzado…

-No no, para nada –sonreía y eso cautivaba a Salva- Si yo le contara lo que pienso de las patatas fritas…Estaríamos aquí días…

-Jajaja, pues entonces que sean albóndigas con patatas fritas por favor. Y… por favor tutéame.

-Jajaja, muy bien, marchando…

Marisa pidió como favor personal a la cocinera, que llenara especialmente el 2º plato.

Mientras preparaba la bandeja miró de forma automática y sin darse cuenta hacia la mesa donde su cliente esperaba hambriento y empapado, y sintió como un calor intensísimo le subía desde el cuello por toda su cara, sonrojándola, en el momento en que sus miradas se encontraron…

Sin saber por qué se acaloró y rápidamente se giró y agachó para ocultarse tras la barra…

Pero una curiosidad irrefrenable la impulsó a asomar los ojillos para mirar…para comprobar si…

…Sí, efectivamente…ahí estaba su mirada…esperándola…con cierto rubor en las mejillas.

Y una risilla tonta se escapó ahora de los labios de Salva…Ella le estaba mirando entre los servilleteros y las cartas del menú…No había sido cosa de la casualidad de unos segundos antes…

Marisa terminó de llenar la bandeja con el 1º plato, los cubiertos, la jarra de agua y una copa, y se encaminó a la mesa. De nuevo sus miradas se cruzaron…Y algo les recorrió a los dos, algo que era distinto esta vez a todas las anteriores…Y ambos desviaron la mirada por el rubor…

Marisa respiró hondo, avergonzada de que se le notara algo…Ese algo que ella aun no había tenido tiempo de analizar ni comprender. Rezó en décimas de segundo para que así fuera.

Salva mientras tanto hizo exactamente lo mismo en su propia cabeza…

-Pues aquí tiene”s” la sopa, ten cuidado no vayas a quemarte que está ardiendo…Aunque no te vendrá mal entrar en calor…-Se le quedó mirando a la ropa y al pelo mojados…

-Muchas gracias…por tutearme…Y también por la advertencia – se sacudió un poco el pelo como aireándolo para ayudar a que se secara.

-De nada…buen provecho…- Se atrevió a mirarle de nuevo a los ojos…

Qué bonitos eran…cómo le brillaba el iris entre marrón y color miel…Y nunca antes se había dado cuenta de eso…Cómo era posible?

Decidió en ese momento que le daba igual estar sonrojada… Él la estaba mirando, y se encontró tan bien, tan agusto…que valía la pena la vergüenza, o quizás…ya no la sintiera…y fuera la calidez de sus ojos lo que coloreaba sus mejillas. Sintió una sensación maravillosa en su pecho…

Se dio media vuelta y soltó una gran bocanada de aire, como si se desinflara de regreso al interior de la barra.

Salva quiso tener algo que decirle para cuando le trajera el 2º plato, algo …que a ella le gustara…lo suficientemente apropiado y acertado como para que se quedara unos segundos más allí asomada a su mesa , con él…Riendo como lo había hecho antes...

Pero se llenó de dudas, no quería que pensara que era un payaso, o un pervertido, o un tipo solitario que solo le daba conversación a una camarera a la hora del almuerzo.

Era posible que sólo fuera eso? Un tipo solitario buscando conversación?...

Los rayos de sol que Marisa arrojó sobre él , al mirarle desde el otro lado de la barra, le sacaron de sus pensamientos, y ya no sintió más el frio ni la humedad de su ropa, ni sus estúpidos temores…Sólo sintió hambre, hambre de saber quién era aquella chica, a la que había visto tantas veces, y que de pronto ese día , sin más, había conquistado un sitio en su cabeza.

O ya se había ido ganando ese lugar poco a poco?...Recordó entonces que le gustaba mirar su sonrisa, y la agilidad de sus manos, y cómo algunos de sus mechones se escapaban del recogido de su pelo…

lunes, 29 de noviembre de 2010

Corazón de albóndiga. 1º parte.







Corazón de albóndiga. 1º parte.


Noviembre, llueve sin parar y hace frío. Por fin un poco de cordura en el tiempo.

Marisa mira por la ventana las cortinas de lluvia. EL cielo gris cubierto de nubes blancas la hipnotiza…Todo está tan tranquilo…

De pronto suena el teléfono sacándola de su ensimismamiento. Suelta la carne que tiene en las manos y se limpia con un paño para contestar.

Es su madre para ver qué tal ha ido la mañana. Le cuenta los detalles de su trabajo, de cómo está el tiempo allí, y lo que iba a cocinar.


-Y tú hija? Qué vas a hacer hoy?

-Pues albóndigas.

-Ah mira qué bien, bueno no comas muchas ya sabes…vigila la dieta…

-Ay síi mamáa, tampoco pasa nada por unas inocentes albondiguitas…Además, me estás llamando gorda?

-No no, pero vamos, que tú sabes que flaquita tampoco estás…Bueno, anda, te dejo cocinar tranquila antes de que me cuelgues jajaja. Besos hija, hasta mañana.

-Jajaja, ya me vengaré ya…un beso, hasta mañana.


“Albóndigas”…resuena la palabra en su mente…Algo se mueve en su interior, siente un peso en el pecho...Entonces recuerda algo que había olvidado hacía mucho tiempo.......

Y mientras vuelve a amasar la mezcla de carne entre sus manos, su mente ya se ha transportado a otro lugar, a otra época años atrás…


Aquí comienza la historia de Marisa,

que cuenta como una chica normal

llegó a cambiar su corazón de mujer,

por un corazón de albóndiga.



Polígono industrial Monte Norte, un pequeño restaurante en una de las calles principales.

13:15 , el salón está abarrotado de gente, así como la barra. En la cocina no dan a vasto.

Marisa trabaja como camarera. Es rápida, y eficaz, y aunque es muy tímida, lo disimula de maravilla con los clientes. Quizás por eso eligió ese trabajo, para poder relacionarse con otras personas “ a la fuerza”. Marisa reniega de su dolor de pies, del humo del tabaco, del ruido del bullicio, pero cuando llega a casa y no hay nadie, agradece saber que al día siguiente volverá al restaurante.

13:22 Entra por la puerta Salva. Empapado de lluvia pues fuera no para de llover.

Salva trabaja en frente del restaurante en una clínica de diagnóstico. Es enfermero.

También es un chico tímido, pero de gran corazón y energía. Le encanta ayudar a la gente, querer y cuidar de los suyos, hacerles reír con sus payasadas…

Pero Salva siempre come solo. Siempre va y viene solo en su coche.

Se sienta en la única mesa que acaba de quedar libre, cerca de la puerta. Y mientras sacude el agua de su abrigo, espera paciente a que Marisa retire los restos de la comida anterior y le sirva.

Le gusta ver la sonrisa que Marisa tiene para todo el mundo. Le gusta ver la agilidad de sus manos, y cómo se escapan mechones del recogido de su pelo.

A Marisa por su parte, le gusta este cliente. Es muy tranquilo, y educado de voz serena, no fuma por lo que le agrada ir a su mesa, y tiene algo en la cara que la pone de buen humor. Le gustan sus ojos; son sinceros y profundos, como un lago en calma. Diría sin equivocarse que es buena persona.

En cuanto le ve sentarse en la mesa, se apresura a retirar los platos, la limpia y le da el menú....



domingo, 28 de noviembre de 2010

Sigue lloviendo






Anoche la lluvia me trajo tus besos.
Se estrellaban contra los cristales de mi soledad.

Y yo los veía resbalar uno tras otro...en columnas de ráfagas arrastrados por el viento.
Cubrieron como una cortina el viso de mis ojos, y ya desde ese momento sólo pude soñar con ellos brotando tibios desde tus labios, tierno manantial discurriendo pleno por cada recodo de mi cuerpo.

La oscuridad se hizo cómplice...y amagó reflejos de tus ojos en la llama de mis velas, para que pudiera verte allá donde estuvieras...El fuego iluminó las esquinas de tu ausencia, los pliegues estirados y vacíos de mis manos; los llenó del brillo de tu mirada y me hizo un guiño que tintineó entre las sombras del eco de tus pestañas.

Me acosté con la añoranza en mi pecho desbordándose sin que tú pudieras recogerla de mis labios, me metí en la cama recordando el calor de tus caricias, la electricidad de nuestros cuerpos..., pero anoche el frío no fue clemente. Temblé bajo todas mis mantas, temblé mientras apretaba fuerte mi almohada contra la cara y lloraba por ti, y te llamaba en silencio, pero a gritos en mi interior...

Tu nombre, mi pena, tus besos resbalando por mi cara, tus manos que me abrazaban fuerte, tu olor tan dulce, tu risa contra mis manos, tus ojos sobre mis labios, los viajes en coche, las compras en el super, las sábanas de la cama deshecha caídas por el suelo, el baño inundado, la mampara de la ducha empañada de calor, el malva, el verde, el azul , el naranja, el gris, el blanco, el negro de todos los colores que vi contigo, el olor a iglesia, el sol en tu piel, los picos del cuello de tu polo, la punta de tus dedos, los sueños que soñamos, tus lágrimas cayendo desde tus ojos hasta los míos, tu voz... Tu voz que no quiero olvidar, ...todo cuanto no quiero perder...

Todo se agolpó en mi mente en un momento, todo como en una procesión de notas musicales que debieran componer una sinfonía de alegría, pero que a mi anoche me hacían llorar de impotencia.

Y quise abrazarte con todas mis ganas, quise poder tenerte cerca, deseé estar a tu lado con cada fibra de mi corazón...Deseé poder borrar todo lo hecho, todos mis errores...
Cerré mis ojos apretando los párpados....para exprimir mis recuerdos, para olvidar lo que dolía, para que ni una sóla de tus imágenes se me escapara entre el tiempo y mi llanto...

Y abracé tu silueta dormida del pasado, acaricié tu pelo cuando aún estaba entre mis dedos, te susurré al oído cuanto aun podía decirte, y permanecí clavada en tí...clavada en este amor...

Y lloré, y fuera seguía lloviendo, y tus besos seguían estrellándose fríos y mojados contra el cristal de mi soledad, contra mis recuerdos de ti y mis anhelos, rompiéndome el alma en millones de gotas saladas, cada una de las cuales alojaba en su interior un beso y un trozo del amor que no te di...


martes, 23 de noviembre de 2010

Amor...


Amor....

Si supieras cuánto te echo de menos....

Sí, lo he vuelto a hacer...Hoy he vuelto a abrir la cajita y a leer todas tus cartas.

Me he vuelto a poner el anillo, tu anillo, sólo un rato...El necesario para creerme que aun existía lo nuestro.

Y sí, he puesto nuestras canciones, y he bailado con tu sonrisa, con tus pasos lentos.

No he podido mirar las fotos viejas, ni las más recientes...No me siento con fuerzas para enfrentarme a esa mirada de cristal que desde el otro lado me mira fijo y me hace algún reproche, ni a nuestros rostros tan juntos en el papel, tan lejos ahora el uno del otro...

No podría soportar verte sin tenerte delante de mi. Y empezaría a llorar, al ser consciente de que.....ya no existe lo nuestro.

Sabes Amor?

Estoy como hechizada. Camino todo el día con la mente llena de recuerdos en los que sólo apareces tú. Recuerdos de tu voz, de tu silencio, de tus abrazos.

Recuerdos de cada momento, de cada conversación. Lo recuerdo todo a la perfección, te he ido atesorando dentro de mi.

Solía pensar en ti todo el día, me hacía feliz. Me hacía ilusión y me llenaba. Me hacías soñar con un futuro, con un mundo que estaría a nuestros pies, con un alma llena de alegría...

Qué torpe fui verdad Amor?

Debí atesorarte a mi lado, debí ...debí hacer tantas cosas que no hice por miedo....Y por culpa de ese miedo....Yo no me daba cuenta....Ese miedo me sentenció, me traicionó...

Hoy he abierto la cajita de nuevo, porque de nuevo he tenido pesadillas, y he despertado con taquicardias al ver que no estabas, que no podría llamarte..., y con esta pena tan grande...

Intento conformarme, intento pensar en ti siendo feliz...eso siempre me calma...Pensar en tu paz...Es como si me diera paz a mi misma, pese a que ese vínculo mágico nuestro haya muerto entre mis manos.

Pero es que te echo muchísimo de menos. Es que cada vez pesa más y más....Y más....

Y sobretodo ahora que empiezo a entender, que no volveré a verte, que ya no habrá nunca más un tú y yo.

Mis ojos se sobrecargan de tristeza, y la ansiedad me empuja...me obliga a poner nuestras canciones, a releer tus cartas, a abrir la cajita y ponerme tu anillo en mi dedo, donde debió permanecer...

Y dejo la casa sin hacer, dejo todo sin hacer, mi vida cotidiana se reduce a cumplir como puedo con mis obligaciones. Me he convertido en un fantasma que va y viene...encadenado a tus besos...arrastrando constantemente este dolor por haberte perdido para siempre....

Para siempre...es demasiado tiempo...mi corazón no lo entiende, mi mente no lo acepta...

Por eso en cuanto puedo, huyo al silencio y a la soledad de mi cama que me permiten imaginarme aun contigo, y sueño despierta todo aquello que quiero vivir, y lo vivo por dentro...

Y vivo en ti una hora , dos, tres...antes de que todo vuelva a derrumbarse a mi alrededor con el timbre del despertador, con el tortuoso trabajo de tener que respirar y arrastrarme por el mundo un día más, sin sentido...a sabiendas de que no habrá más tú y yo y un final feliz.


jueves, 11 de noviembre de 2010

A través del universo






He navegado por mares procelosos. Surcado océanos de punta
a punta en busca de tu nombre.

Te he buscado a través del universo.

Sólo tu aroma pesa más que toda la fatiga pasada.

He caminado pisando tu huella.

He dibujado el perfil que tu sombra deja en la suela de mis zapatos.

Pero amor....tu rostro tiraba de mí...

He subido a lo más alto henchido de esperanza, con la boca sabiéndome a tus besos.

He cantado a la aurora sobre el brillo de tus ojos, sobre tu pelo tan suave, y tus manos de nácar...

Siempre tan cerca mi amor, y a la vez inalcanzable.

Y hoy al fin te tengo frente a mí. Hoy al fin beso tus párpados,
tu frente, tus labios, tu cuello...que ya no esconde ningún secreto para mí.

Hoy al fin tu camino te ha puesto en el mío, que era encontrarte. Y te veo cara a cara, con tu risa tan perfecta, y recobro la vida que había perdido.

Al fin tu calor...tu abrazo tan tierno, tan vital para mi pobre corazón rodea todo mi ser.

Al fin el eco de tu risa arrasa con todo lo malo, curando mis viejas heridas.

Al fin una caricia tuya, tus dedos entre mi pelo, sobre mi piel...A
l fin...Traes contigo la paz de mi alma.

Te miro, y lo eres todo. Las lágrimas resbalan por mi cara. Te he encontrado y ya soy feliz.

Tú me miras con esos ojitos tuyos que rebosan amor, con tus mejillas redondeadas, con tu sonrisa que todo lo llena, me miras encogiéndote de hombros, y me dices:

-Te he estado buscando.


miércoles, 10 de noviembre de 2010

Qué lindo es soñar contigo





Qué hermoso está hoy el cielo.

Las nubes lo surcan, y el sol las pinta de colores...

Igual el mar, en calma, y brillante...

Ojalá estuvieras aquí, conmigo.

Te llamaría, iría a por ti, y te llevaría a dar un paseo por la orilla.

Te convencería para que me compraras un helado. Sí, con este frío...es que ya sabes que me encantan!

Nos cogeríamos de la mano. Y hablaríamos de todo, y nos reiríamos juntos de nuestras tonterías.

Cuando el sol empezara a teñir todo del color del fuego nos abrazaríamos y nos miraríamos en silencio. Creo que te besaría de la forma más dulce posible.

Y así , entre tus brazos...Echaría de refilón un vistazo a nuestro al rededor deleitándome con el momento...

Cuando ya la luz fuera imperceptible, y el frío nos hiciera estremecernos , volveríamos al coche decidiendo dónde ir, si a cenar, o a casa...

Y antes de decidirlo, seguramente ya habríamos puesto rumbo al abrigo del sofá con manta, peli y sopa de fideos y pollo.

Pero lo cierto es que no estás, y te echo de menos en estas horas tan largas de este otoño solitario, en las que sueño que estoy contigo, que podemos hacer tantas cosas juntos, y que no tengo que extrañarte, sólo mirarte, oirte, sentir tu abrazo...reír junto a ti, hacer planes y vivirlos...

Y me pierdo pensando que te gustaría ver lo lindos que están hoy el cielo y el mar, la luz del sol bañando las fachadas de los edificios, el ir y venir de las hojas de las palmeras azuzadas por el viento, mi pelo volando y enredándose con él, el brillo de mis ojos al mirarte...










miércoles, 3 de noviembre de 2010

Ven

Te espero con ansiedad.

Te espero cielo mio, en esta noche, oscura , fría y concurrida por tu ausencia.

Llevo horas asomada a tu balcón, horas...mirando en el vacío que dejaron tus manos cuando te fuiste...

Nada de tu mirada, nada de tu dulce olor...Nada de ti hay aquí...

Y sin embargo todo a ti me recuerda....

Todo lo tuyo quedó aquí conmigo, hablándome de ti...de los dos....

Te espero, en vano lo sé...Pero aun así yo te espero.

Con las puertas de mi mundo abiertas para ti, para cumplir todos los sueños he tejido con mis manos estrellas del color de tus ojos. Te espero construyendo besos de azúcar con tu nombre impreso, y abrazos....abrazos grandes y pequeños, fuertes y suaves, blanditos....

Y mientras....el tiempo pasa y yo...voy soñando con tu venida, con tu cielo hasta mí.