martes, 29 de septiembre de 2009

VECINOS

Capítulo II
"Atascos en el ascensor."





¡¡Cómo siempre llego tarde, joder!!
¡¡Agg, no puede ser!! Las medias noo por favorr!!! ¡¡Mierda de uña!!
¡¡No puede ser, dios qué mala suerte la mía por dios!! Ya no tengo tiempo, de buscar otras medias y ponerme a probar suerte de que algunas esten enteras. ¡Nada! Me pondré las botas y a volar...

¿¿Don...Dónde demonios he soltado el lapiz de los ojos?? ¡¡Juraría que lo llevaba en la mano!!
Pufff, mira ¿ Sabes que te digo? Que paso, que no me los pinto, me pongo un poco de rimel si acaso y andando, que no tengo tiempo para ponerme ahora como una loca a buscarlo por toda la casa, a saber donde lo habré soltado. Además así, si lloro no se me manchara tanto la cara.

¡¡Me tengo que ir ya!!
¡¡Dios por favor por favor que esté libre el ascensor , hoy con estos tacones no podré bajar tantos pisos corriendo, por favor por favor!!



Victoria salió atropelladamente de su piso, tras de sí cerró la puerta y echó la llave, las cuales se le calleron al suelo por culpa de la prisa, y al agacharse a recogerlas, se le escurrió del hombro el bolso que también acabó en el suelo, así como las gafas de sol que llevaba en la cabeza a modo de felpa, y que se precipitaron al coger el bolso. Una cadena de mala suerte.



¡¡¡Ohhhh noooooo, vamos!!!
¡Está ocupado, agg lo sabíaa!
Ah, ya está libre, ¡bien!
¿Pero qué pasa? No me deja llamarlo, ¿Tienen la puerta abierta?
¡Soltad el ascensor!
¿Por qué tardan tanto?
¿Ya? ¿Ya sube? Ufff por fin dios, es que no llego , ya no llego...
¿?
¿Y estos trocitos de fixo?

Alguien iba a poner un cartel y se ha arrepentido, jejeje, seguramente el señor presidente ha hecho uno de sus polémicos escritos y al ir a colocarlo, ha descubierto una horrible falta de ortografía.
Casi mejor así, más horas libres de sus informes sobre la limpieza del edificio, o sobre las nuevas derramas para el arreglo de las goteras en la terraza.



La jornada transcurrió para Victoria con mucho ajetreo. Con prisas para ir al trabajo, con más horas en la oficina de las que ella realmente podía soportar por el tedio, y los típicos problemas con los clientes y las pólizas. Trabajaba en una gestoría.
Los tacones excesivamente altos de las botas hacían ya mella en sus pies. A la hora de comer apenas tuvo tiempo más que de engullir la comida rápida que había comprado en un burguer próximo a su lugar de trabajo, y salir corriendo a por un par de medias nuevas. Ya de paso aprovechó y se llevó del hipermercado algo de comida para casa y un nuevo lápiz negro para los ojos.

Perdió como de costumbre el autobús que más rapido y cerca la llevaba de vuelta a casa. Esperó bajo la marquesina, oliendo y oyendo la lluvia que incesante golpeaba los vidrios de la parada del bus.
Los pies le dolían aun sentada. Derrotada en aquel banquito, casi se sentía desfallecer, mientras soñaba con quitarse las malditas botas y darse su ducha diaria bien calentita, e imaginaba qué se haría de cena.

El viaje fue lento, eterno. Los asientos de plástico estaban fríos y algunos hasta con gotas de agua.
Cada paso que daba le pesaba más y más, pues pese al jaleo en la oficina , el ir y venir , el teléfono, los clientes, el jefe, los compañeros, las compras....Al menos estaba entretenida todo el día. Pero ahora, conforme la noche se ceñía sobre su frente cabizbaja, y el frío entumecía los dedos de sus manos, a medida que avanzaba hacia su casa, hacia su refugio también se iba paradójicamente desentumeciendo su corazón. Emepezaba a sentir el desaplomo, como telón de fondo de su cena.
No le gustaba cenar sola, ni bañarse sola, ni dormir sola. No le gustaba vivir sola. No le gustaba....

Finalmente ya en el portal , empapada sacó las llaves y mientras forcejeaba con la cerradura uno de los vecinos que se hallaba en pleno corrillo en el portal, le abrió diliigentemente.



-Ho, hola buenas, gracias.
Vaya, ¿Qué harán aqui todos estos? ¿Habrá pasado algo?
-Hola buenas noches. De nada.
-Hola.
-Hola que hay.
-Buenas noches..
-Pues como te iba diciendo, me parece no sé, cosa digna de un loco, algiuen que hubiera perdido la cabeza, o cuanto menos el respeto a la intimidad, ¡una vergúenza vamos! ¡Que no sabemos ya ni con quien vivimos!
-Venga Federica mujer, que tampoco es para tanto, yo opino que no lo quitemos, después de todo no es ofensivo para ninguno de los vecinos, y si alguien se sintiera aludido, pues mire, cada cual...Lo dejamos unos dias, un tiempo prudencial quizás, jejejeje,
-¿¿A ti esto te hace gracia no??
-Bueno señores la verdad es que si tenemos en cuenta que .....
-.....




Victoria atravesó despavorida la maraña de vecinos que enfervorecidos discutian por vete tú a saber qué, y se dirigió directa al ascensor.





Entonces escuchó como uno se quejaba de que durante todo el día el ascensor con el "royito este" había estado atascado mientras algún chalado desaprensivo lo entretenía con la puerta abierta. Justo como le había sucedido a ella misma por la mañana.

Curioso enigma el del ascensorista misterioso. ¿Y no sería simplemente alguien que se mudaba o alguna avería? Pensaba ella por tratar de llevarle mentalmente la contraria a aquel tipejo tan grosero y violento.

Por fin llegó, por fín sólo un botón y una subida la separaban de abrir la puerta de casita. Se acababa el circo por hoy, por fin podría despreocuparse por el rimel y las marcas que este dejaría en sus ojos y sus mejillas. Por fin podría quitarse aquella ropa mojada, aquel calzado criminal, el frio de los huesos y de la carne, los enredos en el pelo, el hambre, la máscara de normalidad...



¿Un cartel? Bien veamos que dice el señor Presidente esta vez...
¡¡¿¿ ??!!
¡¡¿¿Una...Carta...De un vecino anónimo a una vecina q......??!!



En ese preciso instante Victoria tragó saliba con gran y sonoro esfuerzo, pues un nudo se formó automáticamente en su garganta, mudo y casi doloroso.
En cuestión de décimas de segundo dos goterones negros resbalaban por sus mejillas precipitándose en el suelo del ascensor.



"CARTA DE UN VECINO ANÓNIMO PREOCUPADO A UNA VECINA ANÓNIMA QUE LLORA CADA NOCHE"

domingo, 27 de septiembre de 2009

El Ardentía





No me direis que no es genial¡¡¡¡¡¡¡

jueves, 17 de septiembre de 2009

VECINOS


Capítulo I

Sonidos en el “ojo patio”

Cada noche lo mismo, ella llega a casa, se quita los zapatos y la ropa de todo el día, se ducha con agua bien caliente, cacharrea algo en la cocina, pone la tele para cambiar de canal y luego la quita. Anda por la casa lentamente hasta su cuarto donde pone música lenta, y al cabo de un rato rompe a llorar.

Siempre es así.

No sabría decir en que piso vive, si en el 6ºD, E, F, en el 5ºD, E, F, el 7º D,…Realmente no acierto a asegurar donde vive.

Unos días juraría que por los sitios de la casa por donde se oye su llanto , los sonidos provienen del F, otros del E.

También la oigo tararear algunas de sus canciones fijas que siempre tiene al parecer en el reproductor de CDs. Suelen ser tristes, lentas.

He llegado a preocuparme tanto…Hay noches en las que su pena simplemente me aflige, me llega como un quejido agudo de una niñita perdida. Otras es algo más melancólico , me lo imagino como un goteo constante de gotitas de pena. Otras en cambio creo que su mismo cuerpo se va a resquebrajar , la agonía en su voz se confunde con desgarradores aullidos. Por Dios ¿Es que nadie más la oye?¿ Es que a nadie le inquieta? Estoy completamente seguro de que el vecino que la tiene a su lado la oye igual que la oigo yo.¿ Y amigos? ¿No tiene amigos, o familiares? ¿Alguien que la pueda ayudar? No sé…¿Consolarla? Quizás tenga un problema tal que no tenga solución , puede que su marido haya fallecido y llora su muerte desconsolada hasta que sea capaz de asumirlo , en cuyo caso lo debe de estar pasando fatal, verse así sola de repente, en esa casa tan grande llena de sus objetos personales. Bueno claro una mujer no tiene fuerzas ni ánimos para deshacerse de muebles y ropas de su difunto marido. Debería llamar a alguien que la ayudara a dar ese paso. Se me ocurre que no tiene madre ni padre, ni ninguna hermana…Umm, quizás la familia que tiene vive fuera en el extranjero, o quizás sea ella la extranjera, y claro no gana suficiente dinero para volver a su país, puede que con los gastos del entierro se haya gastado todos sus ahorros . Eso sin contar que no hubiera tenido que pagar médicos y medicinas para tratarle en la fase terminal de alguna enfermedad mortal.

Aunque no se ve ni rastro de ropa negra en las cuerdas del patio. De vez en cuando alguna prenda furtiva, vestidos elegantes de las señoras que salen un sábado. Ropa interior..Pero nada significativo que indique un luto.

Ummm, ¿y si? ¿Y si fuera ella la que está enferma? ¿Y si resultara que le han diagnosticado alguna enfermedad de difícil curación? Quizás un cáncer, o algo degenerativo. Quizás yo estoy en un error y ella no viene cada día del trabajo si no del hospital, de administrarse costosos tratamientos paliativos que de nada sirven, y claro así llega a casa enferma cansada, y se hunde.

Puede que no le haya querido decir nada a nadie de su enfermedad por no preocupar, su madre padece de alguna dolencia cardiaca y su padre tiene alzheimer, su única hermana vive efectivamente en Boston desde donde no puede hacer nada. Sus amigas tienen sus propios problemas. ¿Y su pareja? Sería posible que no tuviera pareja? Nooo, eso no puede ser..Sus pasos se oyen ágiles a través de las paredes y techos, suele usar tacón, eso me indica que es joven y diligente, por otro lado su voz cuando canta o gimotea… Es dulce, muy tierna, casi a punto de quebrarse…Sin duda la piel de su rostro ha de ser igual, así como su cuerpo, frágil por la enfermedad. Una criatura delicada, consumida por la pena y la soledad.

Ahí está otra vez, ya está con sus canciones tristes. Lo cierto es que tiene buen gusto para la música. A veces no puedo evitar cuando oigo en la radio o en mi propia recopilación de música acordarme de la vecina: pienso “ Vaya, esta es de las que le gustaría escuchar a la pobre en sus ratos tristes”. Quién sabe si un día me la cruzo en el ascensor llorando le voy a decir ehh, tengo en casa montones de canciones tristes en el ordenador, si quieres te paso alguna que no tengas….Aunque esto no se´….Podría espantarse, creer que soy un chalado psicópata viola viudas moribundas arruinadas.

Lo cierto es que me da la impresión de que ella está tan sola como yo.

Posiblemente sea el único con el vacío suficiente en mi vida como para reparar en la de ella.

Ya comienza el llanto…Puff menos mal, me refiero a que me quedo tranquilo al menos así sé que sigue viva. La otra noche no la oí y llegué a pensar lo peor. Supongo que me he acostumbrado a su presencia nocturna. Ella nunca falla, siempre su rutina, su triste y pesada rutina. Teme uno que si un día la echas de menos, sea por que le ha pasado cualquier desgracia a la pobre.

¿Será posible que no tenga a nadie a su lado ahora mismo?

Yo no suelo llorar tanto, pero sí que me he sentido mal muchas veces y hubiera dado lo que no tengo porque hubiera habido alguien a mi lado consolándome en esos momentos. Lo que es capaz de infundir un simple abrazo…

No me considero nada especial, ni mejor ni peor, a veces incluso peor, depende de la época sobretodo si es invierno me siento más solo y me deprimo, me invade la melancolía, añoro ciertas cosas en mi vida. A lo que voy, que yo no me considero nada del otro mundo, pero estoy seguro de que la podría consolar ahora mismo. Es que son ya meses escuchando su pena y haciéndola mía. Su música, su taconeo, su cacharreo…Oirá ella mi música? No la suelo poner muy alta por no molestar a los vecinos, pero en este bloque con esta edificación cuyas paredes son de dudosa calidad, se oye todo. Tooodo.

Podría probar a poner música alegre, hacerle competencia a su pena con mi alegría.

Claro que si no lo oye … ¿Para qué?

Desde luego como un abrazo no hay nada. Yo podría estar ahora con ella, hablando , escuchando sus problemas, animándola sin más. En vez de estar ella sola en su piso llorando a lágrima suelta, ignorada por el mundo, y yo aquí solo en el mío perdiendo el tiempo ignorado también.

Bah, para que luego digan que la gente no está sola maldita sea! Si eso es precisamente lo que sobra en estos tiempos, personas solitarias.

Y pensar que estamos tan cerca, a solo un golpe de ascensor…



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Capítulo II
"Atascos en el ascensor."






¡¡Cómo siempre llego tarde, joder!!
¡¡Agg, no puede ser!! Las medias noo por favorr!!! ¡¡Mierda de uña!!
¡¡No puede ser, dios qué mala suerte la mía por dios!! Ya no tengo tiempo, de buscar otras medias y ponerme a probar suerte de que algunas esten enteras. ¡Nada! Me pondré las botas y a volar...

¿¿Don...Dónde demonios he soltado el lapiz de los ojos?? ¡¡Juraría que lo llevaba en la mano!!
Pufff, mira ¿ Sabes que te digo? Que paso, que no me los pinto, me pongo un poco de rimel si acaso y andando, que no tengo tiempo para ponerme ahora como una loca a buscarlo por toda la casa, a saber donde lo habré soltado. Además así, si lloro no se me manchara tanto la cara.

¡¡Me tengo que ir ya!!
¡¡Dios por favor por favor que esté libre el ascensor , hoy con estos tacones no podré bajar tantos pisos corriendo, por favor por favor!!



Victoria salió atropelladamente de su piso, tras de sí cerró la puerta y echó la llave, las cuales se le calleron al suelo por culpa de la prisa, y al agacharse a recogerlas, se le escurrió del hombro el bolso que también acabó en el suelo, así como las gafas de sol que llevaba en la cabeza a modo de felpa, y que se precipitaron al coger el bolso. Una cadena de mala suerte.



¡¡¡Ohhhh noooooo, vamos!!!
¡Está ocupado, agg lo sabíaa!
Ah, ya está libre, ¡bien!
¿Pero qué pasa? No me deja llamarlo, ¿Tienen la puerta abierta?
¡Soltad el ascensor!
¿Por qué tardan tanto?
¿Ya? ¿Ya sube? Ufff por fin dios, es que no llego , ya no llego...
¿?
¿Y estos trocitos de fixo?

Alguien iba a poner un cartel y se ha arrepentido, jejeje, seguramente el señor presidente ha hecho uno de sus polémicos escritos y al ir a colocarlo, ha descubierto una horrible falta de ortografía.
Casi mejor así, más horas libres de sus informes sobre la limpieza del edificio, o sobre las nuevas derramas para el arreglo de las goteras en la terraza.



La jornada transcurrió para Victoria con mucho ajetreo. Con prisas para ir al trabajo, con más horas en la oficina de las que ella realmente podía soportar por el tedio, y los típicos problemas con los clientes y las pólizas. Trabajaba en una gestoría.
Los tacones excesivamente altos de las botas hacían ya mella en sus pies. A la hora de comer apenas tuvo tiempo más que de engullir la comida rápida que había comprado en un burguer próximo a su lugar de trabajo, y salir corriendo a por un par de medias nuevas. Ya de paso aprovechó y se llevó del hipermercado algo de comida para casa y un nuevo lápiz negro para los ojos.

Perdió como de costumbre el autobús que más rapido y cerca la llevaba de vuelta a casa. Esperó bajo la marquesina, oliendo y oyendo la lluvia que incesante golpeaba los vidrios de la parada del bus.
Los pies le dolían aun sentada. Derrotada en aquel banquito, casi se sentía desfallecer, mientras soñaba con quitarse las malditas botas y darse su ducha diaria bien calentita, e imaginaba qué se haría de cena.

El viaje fue lento, eterno. Los asientos de plástico estaban fríos y algunos hasta con gotas de agua.
Cada paso que daba le pesaba más y más, pues pese al jaleo en la oficina , el ir y venir , el teléfono, los clientes, el jefe, los compañeros, las compras....Al menos estaba entretenida todo el día. Pero ahora, conforme la noche se ceñía sobre su frente cabizbaja, y el frío entumecía los dedos de sus manos, a medida que avanzaba hacia su casa, hacia su refugio también se iba paradójicamente desentumeciendo su corazón. Emepezaba a sentir el desaplomo, como telón de fondo de su cena.
No le gustaba cenar sola, ni bañarse sola, ni dormir sola. No le gustaba vivir sola. No le gustaba....

Finalmente ya en el portal , empapada sacó las llaves y mientras forcejeaba con la cerradura uno de los vecinos que se hallaba en pleno corrillo en el portal, le abrió diliigentemente.



-Ho, hola buenas, gracias.
Vaya, ¿Qué harán aqui todos estos? ¿Habrá pasado algo?
-Hola buenas noches. De nada.
-Hola.
-Hola que hay.
-Buenas noches..
-Pues como te iba diciendo, me parece no sé, cosa digna de un loco, algiuen que hubiera perdido la cabeza, o cuanto menos el respeto a la intimidad, ¡una vergúenza vamos! ¡Que no sabemos ya ni con quien vivimos!
-Venga Federica mujer, que tampoco es para tanto, yo opino que no lo quitemos, después de todo no es ofensivo para ninguno de los vecinos, y si alguien se sintiera aludido, pues mire, cada cual...Lo dejamos unos dias, un tiempo prudencial quizás, jejejeje,
-¿¿A ti esto te hace gracia no??
-Bueno señores la verdad es que si tenemos en cuenta que .....
-.....




Victoria atravesó despavorida la maraña de vecinos que enfervorecidos discutian por vete tú a saber qué, y se dirigió directa al ascensor.





Entonces escuchó como uno se quejaba de que durante todo el día el ascensor con el "royito este" había estado atascado mientras algún chalado desaprensivo lo entretenía con la puerta abierta. Justo como le había sucedido a ella misma por la mañana.

Curioso enigma el del ascensorista misterioso. ¿Y no sería simplemente alguien que se mudaba o alguna avería? Pensaba ella por tratar de llevarle mentalmente la contraria a aquel tipejo tan grosero y violento.

Por fin llegó, por fín sólo un botón y una subida la separaban de abrir la puerta de casita. Se acababa el circo por hoy, por fin podría despreocuparse por el rimel y las marcas que este dejaría en sus ojos y sus mejillas. Por fin podría quitarse aquella ropa mojada, aquel calzado criminal, el frio de los huesos y de la carne, los enredos en el pelo, el hambre, la máscara de normalidad...



¿Un cartel? Bien veamos que dice el señor Presidente esta vez...
¡¡¿¿ ??!!
¡¡¿¿Una...Carta...De un vecino anónimo a una vecina q......??!!



En ese preciso instante Victoria tragó saliba con gran y sonoro esfuerzo, pues un nudo se formó automáticamente en su garganta, mudo y casi doloroso.
En cuestión de décimas de segundo dos goterones negros resbalaban por sus mejillas precipitándose en el suelo del ascensor.



"CARTA DE UN VECINO ANÓNIMO PREOCUPADO A UNA VECINA ANÓNIMA QUE LLORA CADA NOCHE"





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Capítulo III

"CARTA DE UN VECINO ANÓNIMO PREOCUPADO A UNA VECINA ANÓNIMA QUE LLORA CADA NOCHE"







¿Un cartel? Bien veamos que dice el señor Presidente esta vez...




¡¡¿¿ ??!!
¡¡¿¿Una...Carta..
...De....

...De un vecino anónimo a una vecina q......??!!




En ese preciso instante Victoria tragó saliba con gran y sonoro esfuerzo, pues un nudo se formó automáticamente en su garganta, mudo y casi doloroso.





En cuestión de décimas de segundo dos goterones negros resbalaban por sus mejillas precipitándose en el suelo del ascensor.












miércoles, 16 de septiembre de 2009

Rumores de Tsimaru

Se oye lo que murmura el viento,
Tsimaru, Tsimaru vive.
Vive , pero no es el mismo.

Cuando en la noche se agiten los arboles.
Escondeos, no hagáis ruido.
Tsimaru no es el mismo.
Lo susurra el viento,
en mi oído, como una caracola.
lo repite.

Lleno de venganza e ira,
se acerca.
El viento se ha marchado,
Ha huido de su presencia.

Una sombra lo cumbre.
Escondeos su corazón
esta encerrado en piedra
y cubierto de musgo.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Cuentos de la Pluma Maldita 3



Estaba allí apoyado sobre mis manos y mis rodillas, en el frío y húmedo suelo. Todos mis miedos se habían aliado aquella noche, para postrarme quizás de forma definitiva. Que empezara a llover en ese mismo instante hasta lo hizo más agradable. La farola que había junto a mi, reflejaba todas las gotas de lluvia que ya caían sobre mi agazapada figura. Querían limpiar toda mi miseria, notaba como se colaban por mi ropa hasta mi piel, sentía su peso por toda mi espalda, el peso frío de mi Alma muerta tal vez.
Y el porqué de todo aquello, cuan peregrino y absurdo, el motivo de todo aquello, era mi terquedad, era mi sensibilidad y mi propia fuerza, para meterme más y más allí donde no debería mirar. Allí donde no llega luz ninguna, dentro de mi Alma. Pero es comprensible, púes el mundo "exterior" es tan duro como la piel que recubre tu corazón.
Aquí dentro en lo más oscuro de mi Alma, la sensación es peor (nunca lo hubiera imaginado), pues aquí en la oscuridad estas tu, y no te veo pero te siento. Como cuando vas sola por una calle y sientes una mirada, una presencia tras de ti, y te dan ganas de correr y huir. Es algo así.

Reuniendo el poco sentido común y las pocas fuerzas que me quedan. Me incorporo y alzo mi mirada a la lluviosa noche, lavan mi rostro las gélidas gotas y las cálidas de mis lágrimas. Estoy vivo. Eso me dicen.
La calle está solitaria y el único ruido es el de la lluvia enmascarando mis pasos. Ahora recuerdo que soy libre. Aunque estés dentro de mi soy libre y aunque no estés, siempre podré abrazarte allí, en la parte más oscura de mi Alma, donde no veré tu rostro y solo abrazaré tu esencia, esa que mi Alma ama más que a la suya propia.

Paso junto a un cartel luminoso, en el que parpadea la fecha 7 de octubre 1849.
Sonrió y digo, tenemos 37 amigo.

martes, 8 de septiembre de 2009

El examen

Me senté en el pupitre y coloqué el examen metido en su sobre sobre él. Puse mi bolígrafo azul a un lado, aproximadamamente a cinco centímetros. Como siempre.
Crucé mis dedos y los hice crujir. Como siempre.
Miré mi reloj y cogí mi botella de agua y bebí de ella. Como siempre.
Entonces lo ví. Y empecé a sudar porque podía romper mi rutina. Mi rutina de siempre.
Dudé un poco y volví a mirar mi reloj. ¡Maldita sea!, jamás había hecho eso.
Bebí otro trago de agua y comprobé que el bolígrafo seguía en su sitio. A cinco centímetros. Como siempre.
De reojo lo miraba. Eran unas palabras rojas que se perdían por el costado del pupitre.
Los profesores acababan ya de entregar los exámenes y dentro de diez minutos comenzaría la prueba.
Bebí otro trago de agua y me incliné para leer.
Era una letra bonita, como de chica. Estaba escrita con un rotulador rojo de punta fina y empezaba por la mesa del pupitre y se perdía en su costado.

Decía "Sólo quiero que sepas que te amo".

Sonreí.

¿Para quién seria?
Sin duda era afortunado.

"Sólo quiero que sepas que te amo".
Era hermoso. Muy bonito, sí señor.
Esa frase se le había quedado grabada en el cerebro. Y mientras bebía agua mi cabeza seguía recitándola.
Faltaban apenas tres minutos para empezar.
Sin pensarlo mucho busqué en mi bolsillo y saqué el rotulador azul de punta fina.
Escribí a continuación de la frase roja.

"Sólo quiero que sepas que yo ya te amaba antes de saberlo".

Sonreí y guardándolo de nuevo en mi bolsillo, rasgué el sobre y empecé a leer las preguntas mientras chupaba el capuchon azul. Como siempre.