lunes, 19 de abril de 2010

Viernes noche








Es Viernes y dentro de muy poco será de noche.

Claudia mira por la ventana y respira profundamente hinchando por completo su pecho.

Los últimos rayos de luz se le cuelan por los ojos llenándola de vitalidad y de un extraño fuego.

Hoy tiene una buena sensación.


-Hoy tengo una buena sensación…Y mi cuerpo tiene ganas...


Lleva toda la semana esperando este momento.

De modo que se decide a hacerle caso a su estómago y se deja arrastrar por la fuerza arrolladora de sus hormonas y de sus sentimientos más íntimos.

Se levanta de su escritorio, hoy ya ha trabajado bastante. Los pájaros pían fuera en la calle, todo es primavera, vida y alegría, y ella quiere formar parte de todo eso.

Enciende la radio y busca lo que el cuerpo le pide oir. Lentamente se va quitando la ropa; una camisola negra abrochada únicamente por varios botones. Suelta el moño que recoge su pelo, se quita las gafas y descalza se mete en el baño para salir transformada en una versión de si misma mucho más vital, más atractiva y salvaje.

Hoy no escatimará, no. Hoy se siente bien y quiere más. Los recuerdos, sensaciones y emociones del fin de semana pasado reinan en su mente ocupándolo todo, y quiere más. No ha podido dejar de pensar en él en toda la tarde, ni en toda la semana…Y quiere más.

De modo casi ritual se ducha con un gel especial exfoliante con aroma a moras salvajes , que deja su piel como la porcelana.

Húmeda y con todo su cuerpo completamente depilado con cera aquella misma mañana, el masaje que hace con sus manos para extender su aceite de esencias afrodisiacas , empezando por los dedos de sus finos pies y continuando a lo largo de sus largas piernas, su sexo cálido, su vientre redondeado, sus pechos rosados, sus delicados brazos, su cuello esbelto… Le resulta absolutamente placentero...

Y la excitación va creciendo en ella, anidando como un pequeño volcán que poco a poco libera su calor , como aviso de la explosión que se avecina.

-Jamás habrás tocado un cuerpo más suave...-Dice complacida.



Se seca el pelo con el secador y lo peina bien para lucir su melena larga y suelta.
Se maquilla a conciencia ; crema, maquillaje, polvos.... En las mejillas rubor y en las pestañas una ración doble de rímel las alarga hasta donde ellas no llegan. El lápiz negro acentúa los rasgos leoninos de sus parpados afilados.

Hoy no habrá medias tintas. Elije rojo para sus labios y para las uñas de sus manos y pies.

Aun desnuda se perfuma como hace siempre aunque hoy será un poco más dulce, y echa un vistazo a esa que desde el espejo le dice que sigue siendo ella.


-¿Qué me pongo...?

Aun es buena hora, no hay prisa, y Claudia se tumba sobre la cama con las puertas del armario abiertas para decidir mientras visualiza en su mente cómo será la noche, el momento en que esté con él…Cara a cara , en la oscuridad, en mitad del bullicio, ebrios de emociones…Y de hambre…

Le excita tanto la idea de encontrarse con él, de tenerle cerca por fin, apretado contra sus caderas …

El perfume afrodisiaco que exhala su cuerpo junto con la suave caricia de cada centímetro de su piel hace que ella sólo desee pensar en él…


-Mmmm...Después de todo no hay prisa...- Se dice- Esta noche tengo decidido exprimirla.


En la radio suena su canción.


-Cómo deseo que esta noche suene en el pub. Sí, esta noche voy a bailar contigo, nuestros cuerpos van a sudar al ritmo de mis pulsaciones, podré rozarte y pegar mi cuerpo contra el tuyo, tu boca quedará tan próxima a la mía...Y no se oirá más que la música y mis propios latidos zumbando en mi cabeza, ensordeciéndome, y yo no podré pensar más que en ti, en cómo deseo estar contigo, en cómo deseo que me tomes de la mano, que me rodees por la cintura, que me beses…y me…

…Y entonces ya no tendré que fingir, ni buscar excusas para poder acercarme, para tocarte…

A lo mejor quién sabe, a lo mejor esta noche es por fin la noche, a lo mejor la suerte quiere jugar hoy de mi lado, y salgamos del pub juntos y extasiados de camino a mi casa me acorrales en cada rincón de la calle para mirar mis ojos verdes de cerca, para probar el carmín de mis labios como preámbulo de una larga velada.


Finalmente sumida en estos pensamientos se decanta por los pantalones negros. Ha engordado y le quedan ajustados, resaltando sus generosas curvas. Para la parte de arriba elije una camiseta negra también, de amplio cuello redondo que deja al descubierto la voluptuosidad de su voluminoso escote.

Hoy toda su figura se ve así, redondeada y voluptuosa.



-Por ultimo unas pulseras de plata con los pendientes a juego, y las altísimas sandalias que me compré esta mañana.


No le importa si deja abajo a todo el mundo, lo que le importa es tocar el cielo.

Su cuerpo palpita victima de la primavera, siente y se excita, casi sintiendo cómo se retuercen sus fantasías en la punta de sus pies...

Inconscientemente se muerde los labios.

Un último vistazo y un deseo que reza con los parpados apretados sobre sus ojos.



- Que esta noche no vuelva sola a casa.

Esperanzada, contenta y llena de vigor saca el móvil del bolso, escribe un sms, selecciona un número muy especial en su agenda y pulsa enviar.

Durante unos segundos Claudia mantiene sin ser consciente de ello , la respiración.

Hasta que un mensaje nuevo le da cuerda a su corazón , haciéndola salir por la puerta sonriente.



viernes, 2 de abril de 2010

Fotografiando el paraiso.




-Quizás no debí irme...Quizás...

Pensaba Aurelia mientras se alejaba en el coche.

-Quizás no debí irme, debí quedarme y ...La sola idea de pensar que ya no le volveré a ver....Se me hace tan insoportable...


Terminaba el verano y con él se llevaba su historia de amor.






Había huído del ruido y del bullicio de su vida a una casita rural perdida de la mano de dios , en uno de los numerosos rincones del parque natural de Cabo de Gata.

Sin cobertura en el móvil, ni internet, sin apenas emisoras de radio, y sin televisor, rodeada simplemente de una familia de gatitos naranjas sin vergüenza alguna, que se colaban al menor descuido, dentro de la cocina para maullar a la espera de algun premio caído del "cielo", de sus libros, sus libretas, su camara de fotos y algún vecino turista, que al igual que ella, buscaba el silencio y el sol reparador.

Y así, entre fotografías , dibujos, y relatos, fue retratando el paisaje y sus emociones. Curando su alma y su corazón.

De vez en cuando las excursiones a la playa eran la excusa perfecta para comprar algo en el supermercado del pueblo más cercano, a unos veinte kilómetros.


Fue en una de sus tardes de relax en la terraza común de la casita rural, cuando coincidió con Jaime.

Recién llegado, fotografo profesional, unos diez años mayor que ella, y completamente encantador.


Le sorprendió la forma de desenvolverse que tenía , su calmado tono de voz, y su extrada manía de huir de los gatitos.
Más tarde él mismo le contaría divertidas anécdotas sobre los gatos y los estornudos que le causaban , como consecuencia de su alergia.


Muy cortés y considerado, cada día bajaba al pueblo y le ofrecía traerle cualquier cosa dle supermercado e incluso acercarla a algun lugar.
Así mismo ella compartía sus platos, mucho más elaborados que los sandwiches y ensaladas de él.


Hablaban en sus cenas al aire libre, de fotografía, de filtros, de Nueva York, de Madrid, de cine y de mil y una cosas...Mientras los persistentes gatitos no cejaban en su acoso.


Encontraron el uno en el otro a su compañero.


Fueron compartiendo con el paso de los días algo más que su silencio en las largas caminatas en pos de la foto perdida, o las risas en el coche bacheando aquellos carrilillos de arena y piedras, más que el agua salada de la playa , y más mucho más que sus dibujos y sus viñetas , y sus poemas de amor o relatos fantásticos...


Compartieron más de lo que nunca antes en su vida habían podido llegar a compartir con nadie.
Esas miradas cómplices, esas sonrisas calladas al filo de los labios, el brillo de una emoción manifiesta en las pupilas, el calor de la piel pidiendo a gritos un choque frontal con su alma gemela.

Sin ser conscientes ninguno de los dos, habían dejado de huir y de buscar el silencio y la soledad tan ansiada para curar su alma y su corazón.

El uno era del otro, el antídoto para todos sus males.

Y cada noche al cruzar en solitario el umbral del dormitorio para meterse en sus camas, sentían como desde sus labios sonrientes hasta el centro de su corazón florecía como un retoño aquella repentina felicidad tan maravillosa.


Habían vivido quince días de ensueño , rodeados por todos lados de magia , de paz, y de esa corriente tan dificil de explicar que les provocaba sentirse "en casa".


Pero como a tantas cosas en la vida , también a estas vacaciones les había llegado su fin.


Encendieron velas y descorcharon una botella de lambrusco la noche anterior, cenaron ostras frescas y panecillos untados con diferentes tipos de patés.


Se hicieron las ultimas fotografias como recordatorio, guardaron las últimas señas para estar en contacto, y se dieron en prenda algun objeto que ellos entendieron de "valor".


-Ay mi Aurelia, ¿Seguro que te tienes que ir? Ya sabes que si es por el dinero te podrías quedar conmigo en mi casa, Yo puedo correr con tus gastos y con los mios esta última semana, y todas las semanas...

-Sabes que sí, ya lo hemos hablado, me están esperando en casa.
¿Acaso crees que me resulta fácil? No suele pasarme que encuentre alguien que me entienda, que me vea tal como soy. Bueno,
supongo que ya no tiene importancia...

-¿El qué no tiene importancia?

-Nada, supongo que me daba vergüenza decírtelo...Pero, ...Lo cierto es que sí...

-Dime Aurelia...


Ella no se atrevió a hablar, y él deseó sobre todas las cosas del mundo que lo hubiera hecho.

-Nada - Sonrío tristemente- Que te has convertido en apenas unos pocos días en alguien muy importante para mi. - Y añadió casi en un murmullo- Te voy a echar de menos Jaime.

-Y yo a ti niñica, y yo a ti...Mucho. - Tomó su mano y llevándosela a los labios la besó por el dorso. Prométeme que te vas a cuidar, y que mañana tendrás cuidado con el coche, y que cuando llegues me escribiras un mensaje al móvil, bajaré al pueblo y allí tendré cobertura.

-Sí claro, yo te aviso. -Dijo ruborizada, sin poder quitar la vista de la misma piel en la que él acababa de posar sus labios tibios.


Debieron de pensar los dos lo mismo y los dos debieron de embriagarse por el mismo deseo, pues aquella noche la mano de ella no fue lo único que besaron los labios de él.

Ni cruzaron el umbral del dormitorio solos, ni durmieron en toda la noche.
No sintieron ya el retoño florecer, sino una pasión desbordante que les arrasaba el corazón y la mente, llenándoles de alegría y de calor, humedeciendo sus ojos y sus bocas, enloqueciéndoles de amor para siempre.

Dejando en sus cuerpos la indeleble huella de aquella noche, que siempre habrían de recordar con profunda deboción.

Ya nunca nada sería igual en sus vidas.




Aurelia lloraba en el coche, mientras se alejaba de aquél paisaje al que tanto había llegado a amar. No podía ni quería evitarlo. A fin de cuentas...Nunca había sido tan libre.
Y sentía como se le quebraba el corazón , desmigajándose y cayendo abandonado desde su pecho al coche, y desde éste a la carretera. Quedando atrás sin remedio.


La pena se le hundía, se le atragantaba en la garganta, mientras miraba por las ventanillas y por los espejos cómo se iba perdiendo, y cada vez quedaba más lejos el carril de tierra y polvo, y "sus"casitas, y la familia de gatitos. Más adelante, dejaba atrás el cruce para ir al pueblo, y a la izquierda el verde del mar.

Como una procesión se sucedían en su cabeza las imágenes de todo lo vivido en las vacaciones, cómo si antes no hubiera nada, como si antes no hubiera habido vida en ella.

¡Claro que lloraba, claro que le dolía abandonar el lugar donde había sido tan feliz.!
Por supuesto que le dolía alejarse de Jaime, y abandonar su paraiso particular sin él.

Sabía, como una premonicion que todo permanecería intacto en su memoria, como un afilado diamante incrustrado en su corazón.

-Oh, Jaime....-Sollozó


Aquella mañana habían tenido que salir muy temprano para trabajar en un reportaje , y ella para hacer el largo viaje de regreso a casa.


Apenas un adios entre lágrimas y zumo de naranja.

Un destello en la carretera la sacó de su ensimismamiento, llamando urgentemente su atención.
Se trataba de unos triángulos de precaución. Redujo la velocidad y fue entonces cuando su corazón se disparó.

-¿Qué, qué pasa? ¿ Por qué me pongo tan nerviosa?
¿Qué te pasa corazón?
¿Qué has visto?


No...No me lo creo...No puede ser...Es , no puede ser...
No creo que sea, no. No. Es del todo imposible.

Defnitivamente no, no es él. ¡Qué absurda, pensar eso!


Sin embargo tanto sus ojos como su corazón habían acertado.

Era su coche sin duda.

Y apostado contra él, de cara a la carretera estaba Jaime, esperándola.


Totalmente incrédula y desconcertada, fue frenando hasta quedar justo delante de su vehículo.


No se bajó del coche , si no que saltó de él.

-¿¿Qué pasa?? ¿¿Qué haces aquí parado?? ¿¿Estas bien?? - Le preguntó, llena de nervios, de curiosidad, de ilusión, de temor, de lágrimas...

-Ah, ¿¿Qué aun no te has enterado??

Te quiero. Estoy completa y absolutamente enamorado de ti. Hasta los huesos, hasta donde ya no se puede amar más.
Eso es lo que me pasa.
E impedir que salgas de mi vida ahora que por fin te he conocido , es lo que hago aquí. Y si reconoces que sientes lo mismo de una maldita vez por todas, y me prometes que te quedarás conmigo...
...Sí, entonces estaré bien.


- Oh...- Rompió a llorar al mismo tiempo que en su boca se dibujaba una preciosa sonrisa
- Gracias, gracias por haberme detenido. Claro que te quiero. Oh Jaime...Claro que te quier...-Se interrumpió a sí misma para besarle.


Se miraron en silencio. Se miraron y cayeron en lo más profundo del verdadero paraiso. No hacía falta decir más. No entre ellos.


-Vámonos a casa....

-Sí, volvamos.