jueves, 25 de junio de 2009

Preguntas

-¿Por qué no me lo dices?

Tus ojos almendrados me miran. Y yo sé que lo hacen aunque evito mirarte. Pero los siento clavados en los mios. Como dos alfileres al rojo que me atraviesan.

-¿Por qué no me miras?

Solo veo tus manos retorcerse sudorosas y nerviosas. Entrecruzando una y otra vez los dedos.

-¿Por qué no me hablas?

Aguanto las lágrimas e intento controlar la respiración para que no note que estoy a punto de llorar.
El sol forma un triángulo en su muslo desnudo. Incluso puedo ver su vello. Incluso puedo oler su piel.

-¿Por qué no me amas?- Digo rompiendo mi silencio.

Y el vacío que se hace es tan grande que casi nos arrastra.
Creo que los dos hemos dejado de respirar porque no se oye nada.
Sólo el sol deslizandose por tu piel.

Sólo tus mentiras abandonando tu cuerpo, como ratas el barco hundido.

-¿Por qué no me miras?- Ahora sigo yo el juego...