miércoles, 8 de diciembre de 2010

Corazón de albóndiga. 3º parte.



12:56 Salva mira impaciente el reloj, está deseando que sea su hora de ir a comer…

Últimamente ya no se lleva tupers con comida de casa…

Se ha acostumbrado demasiado a "comer" con Marisa. Eso se dice él.

Y no es que coma con ella, pero, se saludan, se preguntan "qué tal", hablan de sus gustos musicales, literarios, de cine…Hablan del tiempo y de todas esas cosas a priori sin importancia, pero que a Salva le saben a fundamentales. Poco a poco va conociendo aspectos de su camarera que le hacen interesarse aun más por ella.

Y lo mejor es que ella parece estar encantada en su compañía…

Marisa siempre le sonríe con gran dulzura, incluso con alegría cuando le ve entrar por la puerta…

13:10 Marisa no deja de mirar la puerta…Vendrá hoy? Se pregunta…Últimamente viene casi a diario…Ese pensamiento le gusta, le reconforta, y su rostro se relaja y se ilumina…

Lleva a cabo con graciosa desenvoltura las tareas propias de su trabajo, pero aislada de la tensión por el ajetreo, con una única cosa en su mente…la figura de Salva entrando al restaurante…El sonido que hace la puerta al abrirse, que parece diferente, como anunciando su llegada. Su carita buscando ( a Marisa ) una mesa libre…sus ojos en el momento en que la miran al fin…Con la calma de alguien que acaba de llegar a dónde iba…

13:38 Salva cruza casi corriendo la carretera, ha salido más tarde y está loco por verla…

Conforme van pasando los días, las semanas…esa emoción crece…

Ahí está, con su precioso pelo recogido, como siempre algún mechón se escapa y flota junto a su cara con el vaivén de un lado para otro…

Ella no le ha visto aun…qué ganas de que abandone esa mesa y a sus clientes…qué ganas de que se gire y levante la mirada y le vea, y se dibuje en su rostro su sonrisa.


-Buenas tardes- le dice contenta mientras le da la carta con el menú- Qué tal ha ido la mañana?

-Buenos días, muy bien gracias, mucho trabajo hoy la verdad. Parece que se han puesto de acuerdo para enfermar todos a la vez!

-Jajaja, sí, por supuesto…Me temo que así es…Lo hacen a propósito para que vengas tarde a comer…Voy a tener que enfadarme…jummm – Y frunce el ceño en exceso pero en seguida se ríe de sí misma.

-Oh, vaya, no me digas! Jummm – Dice también imitándola- Pues que vayan sabiendo que nada podrá impedirme que venga a comer contigo…- ups…se le escapó…


Marisa se sonroja levemente


-Y que no me entere yo que dejas de venir…A quien iba yo a servirle hoy si no…un fantástico plato de fideuá?

-Oh…cada día te superas…qué sorpresas tan agradables me das, jajaja

-Bueno pues en seguida te traigo …una ensalada? Y la fideuá.

-Qué bien me conoces ya…-Un suspiro brotó del pecho de Salva, saliendo entre sus palabras, atravesando la mesa…y agarrándose al corazón de Marisa…

-Sí, algo te voy conociendo ya…Por ejemplo sé que eres un friki…vaya películas que me recomiendas ehh….ejm….yo no digo nada…Pero la próxima la elijo yo…

-Jajaja, eyy qué le pasa a mis películas, no te han gustado?...Jajaja, bueno mira, pues …-se aferro al cabo que Marisa acababa de lanzarle…- recomiéndame una que creas que puede gustarme, y…te invito, para subsanar los posibles daños cerebrales que te hayan podido provocar mis “frikadas” –rió liberando la tensión y orgulloso de sí mismo por aquel atrevimiento.

-Uy pues una de mucho mucho amor….Jajajaja, que noo que es bromaa jajaja. Hace siglos que no voy al cine, la verdad es que había una que quería ver aunque no sé si será buena…En cualquier caso siempre será mejor ir acompañada que sola…O espera…déjame que piense…

-Ehh, qué estás queriendo insinuar?

-No nada nada… jajaja

-Jajaja, cómo abusas de mi pobre corazón…te metes conmigo a sabiendas de que no puedo enfadarme con mi camarera…

-Claro, porque te quedarías sin comer…

-O porque correría el riesgo de que no vinieras más a mi mesa…Y entonces me caería mal todo lo que comiese…Es más…no podría comer…

-…No me digas esas cosas…que soy capaz de creérmelas …

-Bueno…pero tú no dejes de venir a mi mesa por si acaso…

-Siempre que tú no dejes de entrar por esa puerta…

-Trato hecho…

-¿Están incluidas las palomitas?

-¿Cómo? Ah!...Las palomitas y lo que tú quieras!

-Entonces será un placer comer palomitas contigo y cogerte del brazo si vemos una de miedo.


Marisa no podía creerse que se sintiera tan natural con él, tan a gusto, con tantas ganas siempre de más. De hablar más y más…de alargar el almuerzo, el postre, el café...

Ahora la idea de estar con él más tiempo, en otro lugar, fuera del restaurante parecía tomar forma, fecha y hora, fuera de su imaginación.

El corazón les latía a ambos fuerte, rápido, y en cada latido una descarga de mariposas se escapaba, llenándoles el estómago y encogiéndoles de ilusión y alegría…

Lograría Marisa llevar los platos a Salva sin que le temblaran las manos por la emoción?

Le permitirían los nervios a Salva, comerse siquiera medio plato de aquella fideuá?


3 comentarios:

Yo dijo...

¡¡Qué guay, qué guay, van a quedaaaar!! :D

¿Qué pasará?...


Te recuerdo, por si acaso, que ésta iba a ser tu historia con final feliz jajaja xD

Vick-al dijo...

Ains ...Qué bonito son esos sentimientos y emociones a los cuales te refieres de cuando empezamos a sentir algo especial por otra persona

Ese gusanillo, esa ilusión de verle, ese nerviosismo...que dan ganas de reir, bailar y cantar sin parar y el mundo es maravilloso ....asi es el amourr..

¿Sábes ..? creo que estas sensaciones no deberían perderse con el tiempo, creo que siempre deberíamos sentir esa alegría inicial, para cuidar con los años a nuestra pareja y darle siempre vidilla a la relación, pero por mi experiencia, creo que cuando llevas muchos años con un chico, poco a poco es inevitable que esa cosilla en el estómago desaparezca, pero eso también será porque ya nos relajamos, y nos mostramos como somos y la relación va madurando. Entonces creo que todas estas "cosillas" tan bonitas que relatas quedan en un recuerdo maravilloso. Ojalá todo el mundo las sienta alguna vez, porque dan vida y hacen sonreir el corazón.

Preciosa entrada, un beso

Jose dijo...

"-Jajaja, cómo abusas de mi pobre corazón…te metes conmigo a sabiendas de que no puedo enfadarme con mi camarera…" Esto me recuerda a cierta persona a la que le gusta dejarme indefenso y abatido. Justo así me siento, jajaja.

Puede ser con final feliz, pero con cosas tristes de por medio, ¿no? Se me ha ocurrido una maldad tremenda para continuarlo, muahaha.

Besos, espero impaciente la continuación, me estás enganchando :P