lunes, 13 de julio de 2009

Una Pluma Maldita 1


Hacía días que había recargado la pluma con la nueva tinta verde, que ella me regaló, también hacía días que había escrito y mucho, de forma casi febril, en ocasiones. Ayer volví a llenar el cartucho de tinta verde. Pero la peculiaridad de todo esto es sencilla. La tinta es verde clara no hay duda, mis dedos se manchan al recargarla. Pero la tinta que sale y queda escrita en el folio es negra. El primer cartucho lo atribuí a la mezcla con los restos de tinta azul en el cartucho. pero ya me escama, no es normal. es la segunda recarga. No dejaría de ser una anécdota si no fuera porque tampoco puedo de dejar de escribir. También esto es peculiar, porque no puedo dejar de escribir sobre ella. Y todo es terrorificamente triste, más que eso todo es basura, mierda sobre nuestra relación, que solo hace sentirme peor. Antes pensaba que me desahogaría, pero ahora hay algo más siniestro en todo esto.
Ya lo dejamos definitiva mente, aunque no quiso decírmelo exactamente así, hay palabras que cuando son más dulces hacen más daño. Pero las palabras ya no hacen daño ( ya no hay palabras entre los dos), el vacío es lo que me devora por dentro, a cada segundo.

Y la maldita pluma me espera tumbada, inclinada sobre el papel descansando. Pués sabe que me acercaré a ella la tomaré y escribiré sobre su dueña. No tengo más opción que hacerlo, y secar mis lágrimas sobre un papel y una tinta que nunca serán del color de la esperanza.

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