lunes, 26 de octubre de 2015

Abro tu blog.

Lo primero que me enseña es tu foto cálida, como cálidas eran tus manos.
Tu alias aparece más abajo, como si yo no supiera quien eres, como si lo hubiera olvidado al igual que tú.

Empiezo el lento recorrido por tus poemas y tus cuentos para ver su forma solida sólo de pasada, y en el margen de la página veo una app del tiempo que muestra una nube redonda y gris con una gota de lluvia que cae.

A mí me parece más una lágrima triste que dice más de ti y de mi de lo que dicen tus palabras, como si comprendiera y sintetizara mejor que nosotros nuestro estado de ánimo con solo echar un vistazo desde su ventana.






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