Abro tu blog.
Lo primero que me enseña es tu foto cálida, como cálidas
eran tus manos.
Tu alias aparece más abajo, como si yo no supiera quien
eres, como si lo hubiera olvidado al igual que tú.
Empiezo el lento recorrido por tus poemas y tus cuentos para
ver su forma solida sólo de pasada, y en el margen de la página veo una app del
tiempo que muestra una nube redonda y
gris con una gota de lluvia que cae.
A mí me parece más una lágrima triste que dice más de ti y
de mi de lo que dicen tus palabras, como si comprendiera y sintetizara mejor
que nosotros nuestro estado de ánimo con
solo echar un vistazo desde su ventana.